domingo, 13 de febrero de 2011

APRENDER A LEER Y A ESCRIBIR



“Felipito se puso otro par de anteojos para mirarla mejor.Cuando la hubo mirado bien, cerró el cuaderno asustado y oyó una vocecita que decía:
-¡Ay!
Volvió a abrir el cuaderno valientemente y se puso otro par de anteojos, y ya van tres.
Pegando la nariz al papel preguntó:
-¿Quién es usted, señorita?
Y la letra caminadora contestó:
-Soy una Plapla.
-¿Una Plapla? - preguntó Felipito asustadísimo-, ¿qué es eso?
-No acabo de decirte? Una Plapla soy yo.
-Pero la maestra nunca me dijo que existiera una letra llamada Plapla, y mucho menos que caminara por el cuaderno.
-Ahora ya lo sabes. Has escrito una Plapla.
-¿y qué hago con la Plapla?
-Mirarla.”







María Elena Walsh, La Plapla













La diferencia como valor social.