Niños que comen mucho
Imagen sobre obesidad infantil Foto: Bernabé Cordón
16/01/2009.- Normalmente los padres se preocupan cuando sus hijos no comen lo que ellos consideran suficiente, pero últimamente empieza a haber padres preocupados porque creen que sus hijos comen demasiado. ¿Cómo sabemos que un niño come demasiado? ¿Cómo podemos evitarlo? El momento de la alimentación es, desde el nacimiento, un momento de relación con el otro. La mamá lo sostiene en su regazo haciéndole sentir seguro. Le ofrece el pecho, le mira con ternura... Ése es un momento agradable para ambos, o por lo menos así debería ser. Uno no aprende a comer de mayor, sino que se aprende desde muy bebé.
No se debe forzar a los bebés a comer. Algunos comen lo que les pongan, porque ya no es la comida lo que desean, es todo lo que hemos explicado que conlleva el momento de la comida. Por ello, muchos niños siguen pidiendo comer por la noche cuando ya no lo necesitarían. ¿En realidad tiene hambre? No, buscan el consuelo y la compañía de sus padres. Pero, ¿cómo identifican los padres esa llamada? Si la identifican como una llamada de consuelo la importancia que se le suele dar es menor, pero si se identifica como una llamada de "tengo hambre" la implicación es mayor. Se pone en marcha todo el "ritual" de la comida, que requiere entre otras cosas un mayor tiempo. A lo que me refiero es que hay ocasiones en que los padres identificamos mal las necesidades de los más pequeños. Es recomendable que sigáis las indicaciones del pediatra sobre cuánto debe comer, y no pensar que siempre que llora tiene hambre.
Para prevenir la obesidad en los niños sería recomendable:
- No forzar a los bebés ni a los niños a comer.
- No empapuzarles con cereales. El cereal engorda no alimenta. No tiene sentido echar cereales en todas las tomas. Hay gente que incluso le echa cereales a la fruta. ¿Cuál es el sentido?
- No utilizar la comida como calmante o consuelo. "Cada vez que llora le ofrezco algo de comida para que se despiste. Si llora por la noche le doy el pecho para que se duerma o le hago un biberón. Para que vaya en su sillita tranquilamente llevo siempre conmigo un trozo de pan". Repito, no siempre que lloran tienen hambre. Y darles comida cuando no es necesario tiene dos posibles consecuencias: tener sobrepeso, o necesitar la comida para calmarse en situaciones de ansiedad o estrés que perdura hasta la vida adulta (hay muchos adultos que dicen que en momentos de gran tensión es cuando más comen).
- Ojo con las chuches o comidas poco saludables. A veces los mayores hacemos que los niños las asocien a momentos especiales, y a un buen comportamiento. "Entonces cuanto mejor me porto, más chuches tengo, más pasteles puedo comer, etc..." ¿Por qué se suele utilizar como premio ir a una hamburguesería o una pizzería? ¿A nadie se le ha ocurrido que puede ser un premio igual de bueno ir a tomar unos pinchos? El premio no es el tipo de comida en sí, sino aquello que nosotros le transmitamos como una situación especial (salir a comer a un sitio fuera de casa).
- Procurar que la familia coma al mismo tiempo, para que el niño se coma lo que corresponde a su hora de comer y evitar que siga picoteando mientras comen sus padres.
- Si el niño pide comida entre horas, procurad ofrecerle comida sana. Aún así, hay niños que a las dos horas y media ya están pidiendo más. Pues no pasa nada, se le ofrece un tentempié y hasta la siguiente comida.
Si aún siguiendo estos pasos consideráis que vuestro hijo come demasiado y os preocupa, en primer lugar consultad con vuestro pediatra, y en segundo lugar mucho cuidado con lo de prohibir comer al niño, porque normalmente lo prohibido genera deseo. Se pueden crear situaciones de mucha ansiedad sobre todo si hay más niños y a alguno de ellos, como come menos, se le permite comer entre horas y a él no. Lo que conseguiréis es que el niño coma a escondidas, y eso sí que no es saludable. Por tanto cuidado con las dietas en los niños. Para ellos debería ser algo divertido.
¿Qué podéis hacer para que el niño no piense sólo en comer?
- Normalmente necesita una alternativa. Si hacéis un registro de cuándo el niño pide comida, probablemente sea en momentos en los que quiera vuestra atención, momentos de aburrimiento, viendo la tele... Por tanto, tener la atención de mamá o papá para jugar suele ser útil. Buscar planes que impliquen movimiento y diversión. Y claro, después de hacer ejercicio es necesario reponer fuerzas, y ahí la fruta es una gran aliada. Hay que huir del sedentarismo. Aunque sean pequeños hay muchas cosas interesantes que hacer más que estar sentados (reptar, gatear, caminar de la mano, caminar solo, trepar, saltar...).
- A partir de los dos años, que los niños ya entienden más, se pueden identificar con un personaje de una serie infantil que lleve una dieta equilibrada y eso le permita hacer cosas divertidas y ayudar a los demás. Ahora está muy de moda entre los pequeños la serie 'Lazy Town', donde dan mucha importancia a las sportchuches (que son frutas y verduras) y cómo si la familia se involucra en la historia junto con el niño pueden lograr que esto de comer saludable no sea tan terrible.
Por último me gustaría recordar un par de ideas: primero, que estar gordito no es sinónimo de salud; y segundo, que los buenos hábitos alimenticios se aprenden desde bebé, y por tanto nosotros los padres somos los responsables de enseñarles esos buenos hábitos de una manera natural y sin tensiones innecesarias.
La diferencia como valor social.
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